4 sept 2020

odio a los varones

odio ver como le controlan la vida a las personas, en su rol de padre o de esposo, tal vez de jefe o de peon. Pero todo les da una habilidad para tomar la rienda de las vidas de los demás. De sus hijas, de sus esposas, de sus primas, de sus madres, de sus abuelas, de sus amigas, sus novias..

Que feo es ver cómo machacan las psiquis, los cuerpos, lo fisico y lo químico de cada persona. Ver como les sacan su luz, con su falsa autoridad patriarcal. Creyendo que su verdad es absoluta y que son capaces de desmoronar la paz y la vida de les demás para sentirse mejor ellos con su falso orgullo y su falsa autoridad. He visto muchas maneras de romper personas y llenarlas de oscuridad, desde el padre de familia con su esposa, con sus hijas y hasta con su hijo varón, donde ahí, hay una disputa de ver quien es mas varón que el otro. También he visto amigas morirse por un varón que las somete, las engaña y las manipula. He visto a las mujeres más poderosas manipuladas por la psiquis de un varón con adicciones. He visto a mujeres manejadas por varones, porque no tienen el suficiente poder económico y la suficiente autonomía para poder ser. He visto también a mujeres que compiten con esa autoridad patriarcal con los varones, y cuando la consiguen se transforman en un varón más. Como si se olvidara que tiene vagina y útero, como si se olvidara de las veces que la desprestigiaron por el simple hecho de tener tetas. O porque puede quedar embarazada, o porque decide no seguir con ese embarazo. 

También he visto varones que dudan mucho de su virilidad, y hasta que no terminan la escuela, no muestran su verdadera identidad y al cabo de unos años, cuando parece que todes lo olvidamos, aparece y se llama Lucia o Martina, no importa, porque ahora ella elije que nombre se quiere poner y de que manera se quiere vestir, y a quien quiere amar, y a quien se quiere coger.

Cada vez que reflexiono esto pienso, qué deber tendre para con mi linaje matrilineal, que cosas tendré que sanar y cuál es el camino que debo encarar. Lo primero que se me viene a la cabeza es pedirles perdón por todo el daño que pasaron, y que todos los dias me duelen sus heridas, su sabiduría, sus consejos, sus aprendizajes, sus llantos y su vida. Siento que cada célula de mi cuerpo tiene su impronta, y la respeto tanto, que me hace darme cuenta que nunca estoy sola.

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